¿A dónde van y cómo pueden aprovecharse los residuos domiciliarios?

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En Argentina y Uruguay, se estima que cada habitante genera casi 1 kg de residuos por día. Estos son los llamados residuos sólidos domiciliarios (RSD), los cuales deben ser gestionados correctamente como base de higiene en una sociedad. Con una gestión adecuada, gran parte de los RSD pueden ser aprovechados.
 

El mayor aporte que pueden hacer los habitantes es separar los residuos en origen, clasificándolos en orgánicos, reciclables y otros. 

El material orgánico es compostable y valorizable como abono. Es preferible darle el tratamiento para abono casero y/o enviarlo a compostaje a nivel municipal. La acción de compostar a su vez es un gran sumidero de CO2, vital para colaborar con la reducción de GEI tan necesaria en este marco de cambio climático.

Con respecto al material descartado no orgánico como plástico, metales ferrosos y no ferrosos, vidrio, papel, cartón, etc, se recupera y es valorizable como futura materia prima. El objetivo es que gran parte de ese material, una vez separado y clasificado, sea reingresado al circuito productivo. Esta tarea en nuestra zona se realiza principalmente por medio de cooperativas. Esta acción suma a la generación de fuentes de trabajo y a su vez evita emisiones de gases de efecto invernadero al reemplazar las emisiones generadas por la fabricación de materia prima virgen.

Ahora bien, ¿qué sucede con el resto de los residuos domiciliarios que no son separados en origen? 

El residuo domiciliario que no puede ser reducido, reutilizado o reciclado se dispone en rellenos sanitarios. Son sitios acondicionados específicamente para compactarlos y contenerlos y lograr así su degradación. En el proceso de degradación se producen dos efluentes, uno gaseoso, el biogás y otro líquido, el lixiviado. 

El lixiviado es colectado dentro del relleno, se lo extrae y se lo trata en plantas de tratamiento de efluentes líquidos hasta lograr su descontaminación antes de su vuelco, en función de cumplir con altos estándares de calidad y requisitos legales vigentes, protegiendo al medio ambiente.

El biogás es un gas compuesto principalmente por metano (CH4) y dióxido de carbono (CO2), en proporciones variables dependiendo de la composición de la materia orgánica a partir de la cual se ha generado. Este gas puede ser capturado para ser quemado, buscando convertir el metano en dióxido de carbono siendo que el último es 28 veces menos contaminante que el primero. También puede utilizarse para generar energía eléctrica que puede consumirse en el mismo sitio o bien interconectarse con la red pública. 

Rellenos sanitarios gestionados por Veolia Argentina

Desde Veolia Argentina, contamos con 2 rellenos sanitarios en la provincia de Misiones, uno en el sur, llamado Fachinal y uno en el norte llamado Caraguatay. En ellos se reciben los desechos que no han podido ser separados en las plantas de reciclaje. 

Tanto el lixiviado como parte del biogás generado, son capturados y tratados antes de su vertido, de manera de no afectar al medio ambiente, ni a las personas. La captura y transformación de biogás aporta a la tan necesaria descarbonización ya que es utilizado como fuente de energía eléctrica y lo que no puede ser aprovechado, es quemado en antorchas. En las antorchas, como ya se mencionó anteriormente, el metano se convierte en dióxido de carbono con la gran reducción en el impacto a las emisiones del GEI que esta acción conlleva.