Joyce Oliveira
Gerente de Proyectos de Sustentabilidad
Veolia Brasil
En un mundo globalizado y altamente competitivo, la gestión eficiente de los recursos energéticos es necesaria tanto desde el punto de vista de los costes como por los compromisos adquiridos en la búsqueda de la descarbonización.
Las instalaciones industriales utilizan cada vez más una cantidad considerable de energía en muchas formas, como calor, electricidad, iluminación y agua caliente, por ejemplo.
Ante esta situación, la eficiencia energética se ha convertido en un tema central, por lo que es imprescindible contemplar esta cuestión como una apuesta por un rendimiento eficiente, buscando reducir los residuos, minimizar las emisiones y, al mismo tiempo, mejorar la competitividad y la rentabilidad de las organizaciones.
En Brasil, por ejemplo, esta cuestión se ha convertido en una prioridad para muchas industrias. Según el Atlas de Eficiencia Energética Brasil 2022, entre 2013 y 2020, el país invirtió casi 2.000 millones de reales en investigación, desarrollo y demostración (I+D+D) en proyectos de eficiencia energética procedentes de la inversión pública. Del total, casi la mitad fue aportada por el Banco Nacional de Desarrollo (BNDES). La Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel) destinó el 25% y la Financiadora de Estudios y Proyectos (Finep) contribuyó con el 18%.
Esto demuestra que las oportunidades operativas y estratégicas de mejora continua se basan en la investigación, las herramientas y los análisis para apoyar la toma de decisiones y la evaluación del rendimiento.
Además, para alcanzar los resultados esperados de una gestión eficiente, también es extremadamente importante la forma en que se utiliza y consume la energía. Por eso, para satisfacer la creciente demanda de energía, es importante que las empresas busquen soluciones alternativas y tecnologías inteligentes que les permitan actuar en este escenario.
Una buena práctica es invertir en la transición de las fuentes de energía tradicionales basadas en combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas natural, a fuentes de energía más sostenibles y limpias, como la solar, la eólica, la hidroeléctrica y la nuclear, entre otras. Además de ser más sostenibles, reducen la vulnerabilidad de los límites del suministro energético y la dependencia de recursos energéticos finitos y a menudo importados, como el petróleo.
A medida que las tecnologías de energías renovables se hacen más maduras y accesibles, acaban convirtiéndose en opciones más económicas que las fuentes de energía tradicionales.
En definitiva, cuestiones como las matrices limpias y la autonomía energética, dentro de una visión estratégica de las soluciones verdes, son las que se esperan en la búsqueda de soluciones eficientes.
Veolia ofrece tecnologías inteligentes destinadas a optimizar el consumo de energía y soluciones verdes, o energías renovables, con el objetivo de reducir las emisiones de GEI y garantizar el rendimiento.
Veolia ofrece tecnologías inteligentes destinadas a optimizar el consumo de energía y soluciones verdes, o energías renovables, con el objetivo de reducir las emisiones de GEI y garantizar el rendimiento.
Optimizar y rendir
Uno de los principales proyectos de eficiencia energética de Veolia Brasil funciona desde hace 15 años en una industria siderúrgica. Y lo que garantiza el éxito de esta asociación es la disponibilidad garantizada de electricidad, que supera el 99,99%.
Las principales ventajas son:
A pesar de los retos a los que se enfrentan muchas empresas en materia de gestión energética, hay mucha innovación y distintas formas de garantizar la eficiencia en la producción, el ahorro de costes y la combinación energética. Se ha abierto el debate, ahora toca aplicar el cambio.