¿Sabías que cerca del 70% del agua disponible en México es consumida por la agricultura, pero se llega a desperdiciar hasta el 57%? Esto, en conjunto con los altos niveles de contaminación de los cuerpos hídricos, afecta gravemente el acceso a este recurso vital. Sigue leyendo y te contaremos todo sobre la importancia del agua en la industria y las acciones necesarias para cuidarla.
Podemos afirmar que en cada proceso productivo industrial es necesaria el agua para llevarlo a cabo.
Desde los servicios de saneamiento, limpieza y mantenimiento de instalaciones, maquinarias y demás actividades, el agua es imprescindible para las actividades productivas.
Por ejemplo, un vaso de leche de 250 ml requiere de 200 litros para su producción, unos jeans de mezclilla, 8 mil litros y un automóvil, 250 mil litros de líquido vital.
Lo anterior complica la sostenibilidad de las industrias en México, pues la demanda de agua es 11, 000 millones de metros cúbicos superior a la oferta.
Para solucionar esta situación, los sectores industriales pueden recurrir al tratamiento de aguas residuales y su reutilización.
Por medio de una serie de procedimientos físicos, químicos y biológicos, el tratamiento de aguas residuales permite retirar agentes contaminantes de los efluentes provenientes de procesos industriales, recuperar recursos para ser reutilizados y disminuir el consumo.
Divididos en cuatro fases, algunos de ellos son los siguientes:
Pretratamiento: separa sólidos como botellas y arenas del agua.
Tratamiento primario o físico: se centra en la separación de los sólidos suspendidos como materia orgánica. Se puede recurrir a:
Neutralización: nivela el pH del agua, contrarrestando su alcalinidad o acidez.
Sedimentación: separa los sólidos con ayuda de la gravedad, estos se asientan en la parte inferior de un tanque.
Coagulación y floculación: agiliza la separación de los sólidos agitando el agua, para después añadir sustancias coagulantes.
Filtración: los sólidos quedan atrapados en un medio poroso.
Flotación: además de sólidos, separa aceites.
Tratamiento secundario o biológico: suprime la materia orgánica del agua residual con procesos que requieren o no, la intervención del oxígeno.
Fangos o lodos activados: dentro de un reactor se colocan bacterias que consumen la materia orgánica del agua y se requiere la constante inyección de oxígeno para su crecimiento.
Segunda decantación: es la continuación del tratamiento anterior para disgregar los fangos activados del agua.
Digestión anaeróbica: produce ácido y metano como resultado del contacto entre el agua residual y bacterias dentro de un tanque sin oxígeno.
Con estas etapas en el tratamiento del agua residual, el sector industrial tiene la oportunidad de comenzar a optimizar su consumo. Por ejemplo, en la agricultura, destinarla al riego de cultivos y con ello, disminuir el bombeo desde el subsuelo y continuar disponiendo de ella incluso en tiempos de sequía, evitando grandes pérdidas económicas.
En la industria alimentaria, la separación de aceites y harinas facilita la reintegración del agua tratada a los procesos productivos, por mencionar algunos, en mecanismos de enfriamiento, la limpieza de maquinaria o para hervir materia prima. A su vez, las sustancias segregadas pueden ser destinadas a otras etapas de la producción.
Tratamiento terciario o químico: elimina los agentes contaminantes del agua que incluyen metales pesados o sustancias específicas como fósforo o minerales, con la intención de elevar su nivel de calidad.
Luz ultravioleta: neutraliza los microorganismos presentes en el efluente y no genera subproductos.
Ósmosis inversa: atrapa partículas, iones y moléculas de las sustancias contaminantes a través de membranas semipermeables.
Cloración: que oxida y destruye bacterias.
Filtración: retiene toxinas y desechos sólidos con la ayuda de arenas y gravas.
Al buscar un nivel superior en la calidad del agua, los tratamientos terciarios hacen viable que las industrias descarguen sus aguas industriales en cuerpos receptores como ríos, lagunas, presas, entre otros o, mucho más beneficioso, reutilizarla en una mayor cantidad de actividades:
Tal es el caso de la industria del papel y la celulosa, donde el consumo de agua es sumamente elevado. En sus efluentes se llegan a encontrar hasta 250 sustancias diferentes, algunas de ellas como furanos, fenoles y dioxinas, los cuales marcan altos índices en la Demanda Química de Oxígeno (DQO), uno de los parámetros que mide la calidad del agua, lo cual indica que está muy contaminada.
Si estas aguas son tratadas, pueden emplearse nuevamente y reducir la cantidad requerida para el proceso de fabricación. Por ejemplo, en Latinoamérica se requieren 18 litros para la fabricación de un 1kg de papel, si los efluentes son aprovechados, esta cantidad llega a reducirse a 2 litros.
Incluso, con el tratamiento adecuado, se recuperan otras clases de recursos, como en el sector textil, donde las aguas resultantes del teñido son tratadas para separar los tintes y volver a utilizar ambos en los procesos.
De igual forma, los efluentes provenientes del tratamiento químico pueden destinarse a zonas dentro de la industria que no necesariamente se relacionan con sus procesos, como el riego de áreas verdes, el abastecimiento de fuentes, la descarga de inodoros, refrigeración y muchas más.
En resumen, tratar las aguas residuales es central para reducir el consumo de agua potable, la sobreexplotación del recurso y los impactos al medioambiente. Pero eso no lo es todo, las industrias también se benefician de ello.
Volver a incorporar tus efluentes industriales tratados brinda las siguientes ventajas a tu negocio:
Reduce tu huella hídrica
Al requerir menos cantidad de agua potable en los procesos industriales, la huella hídrica también disminuye y con ello, tus costos.
Mitiga el estrés hídrico
Como hemos mencionado, el tratamiento de agua residual permite liberarla en cuerpos receptores para dar continuidad al ciclo del agua, reducir sus niveles de contaminación y lograr avanzar en el abastecimiento de agua potable. Asimismo, reutilizarla también favorece este aspecto, pues evita la sobreexplotación del recurso.
Mayor disponibilidad de agua
Regularmente, en las temporadas de sequía, las industrias son el primer sector al que se le restringe el uso del agua, lo que eleva sus costos de adquisición y dificulta sus operaciones. Las aguas residuales evitan todas estas problemáticas, ya que al utilizarlas constantemente permiten continuar con las actividades regulares, sin preocuparse por la escasez.
Ahorro económico y en tu consumo
Como ya habrás notado, incorporar nuevamente las aguas industriales tratadas favorece la disminución en la adquisición de agua potable, lo que implica menos consumo, así como gastos de adquisición y traslado.
Cumplir con normas gubernamentales
A su vez, te facilita cumplir con normativas relacionadas con el cuidado del agua, como:
Ley de Aguas Nacionales: enmarca todo lo relacionado con el uso, aprovechamiento y gestión de las aguas del país.
NOM-003-ECOL: contempla los requisitos y criterios para la reutilización de aguas residuales dentro de la industria.
NOM-001-ECOL: regula la cantidad de contaminantes presentes en el agua industrial cuando es descargada en cuerpos hídricos.
Debido a la emergencia climática actual, las empresas que destaquen en el mercado serán aquellas que logren gestionar su consumo de agua de forma inteligente y que demuestren con sus acciones que se preocupan por reducir la huella hídrica de sus procesos y minimizar los impactos al medioambiente que esto produce. Las aguas residuales son clave para lograr estos propósitos.
En definitiva, la importancia del agua dentro de las industrias es enorme. Se requiere de ella en casi cualquier proceso. Pero a la vez, esto implica una gran responsabilidad sobre el elevado nivel de contaminación de los cuerpos hídricos del país, su escasez y poco acceso.
Afortunadamente, aún estamos a tiempo, y esta situación puede cambiarse dejando de lado la idea de que las aguas residuales son un desperdicio. Al contrario, se trata de un recurso valioso que debemos empezar a aprovechar por el futuro del planeta.
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