La 30ª edición de la Conferencia de las Partes (COP30), celebrada en Belém do Pará, es un momento histórico: es la primera vez que Brasil acoge la Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en una región que simboliza el equilibrio ambiental del planeta, la Amazonía. Más que un encuentro diplomático, la COP30 es un llamado a la acción. Y, en este llamado, las empresas tienen un papel central.
Pero el protagonismo de la COP30 va más allá de las decisiones políticas y se extiende al mundo corporativo. Cada vez más, gobiernos y sociedad reconocen que las empresas son parte esencial de la solución climática. Al fin y al cabo, ellas concentran buena parte del consumo de recursos naturales, de los flujos productivos y del potencial de innovación que puede acelerar la descarbonización global.
Según una investigación del periódico Valor, compañías de diversos sectores se han movilizado para presentar en la COP30 sus iniciativas de sostenibilidad, inversiones en energía limpia y compromisos de neutralidad de carbono. La conferencia se convierte, por tanto, en un escenario para mostrar resultados y asumir nuevos compromisos, en un ambiente en el que el mercado y los inversores exigen transparencia e impacto real.
El impacto de la COP30 en los negocios
La Confederación Nacional de la Industria (CNI) refuerza que las decisiones tomadas durante las COPs influyen directamente en el ambiente de negocios global. El documento “Recomendaciones para la COP30” destaca que las conferencias climáticas han impulsado cambios regulatorios, fiscales y tecnológicos que afectan a todos los sectores productivos.
Entre los puntos centrales, la CNI advierte que las nuevas metas de descarbonización y adaptación climática aumentarán la presión por innovación, eficiencia energética y economía circular. Esto significa que las empresas deberán invertir en tecnología limpia, trazabilidad de emisiones, reutilización de recursos e integración entre sectores.
Prioridades del sector privado para la agenda de la COP30
La CNI refuerza el papel estratégico del sector privado en la concreción de las metas del Acuerdo de París.
Las empresas no solo están reaccionando a los desafíos climáticos, sino asumiendo un papel activo en la construcción de soluciones que concilien crecimiento económico y sostenibilidad. Son ellas las que desarrollan tecnologías limpias, impulsan la innovación y contribuyen a que la transición ecológica sea una realidad.
Según la CNI, el compromiso empresarial es esencial para apoyar políticas públicas, ampliar la financiación climática y consolidar la sostenibilidad como parte de la estrategia de desarrollo nacional.
Entre las principales recomendaciones del sector privado, se destacan:
- Fortalecer la conexión entre ambición climática y desarrollo económico
- Ampliar la financiación para proyectos climáticos y de infraestructura sostenible
- Acelerar la transición energética y la expansión de las fuentes renovables
- Promover la economía circular y la industria de bajo carbono
- Fortalecer la gobernanza climática y los mercados de carbono
- Estimular la innovación y el desarrollo tecnológico
- Ampliar acciones de adaptación y resiliencia climática
- Invertir en capacitación y desarrollo de habilidades verdes
- Reforzar la cooperación internacional
Sostenibilidad como estrategia de negocio
Las COPs han demostrado que el futuro de las empresas depende de la capacidad de reinventarse ante los cambios climáticos.
Un número creciente de empresas percibe que la sostenibilidad depende de comprender riesgos y actuar de forma concreta, evaluando condiciones de mercado con foco en la competitividad y el éxito a largo plazo y, según el Business Breakthrough Barometer 2024:
- El 91% de los ejecutivos ve la transición como una oportunidad de crecimiento
- El 74% informa un aumento en las inversiones hacia el cero neto en los últimos tres años
- El 66% de los líderes empresariales señala la falta de infraestructura y de escenarios sólidos de inversión como las barreras más urgentes
- El 90% de las grandes empresas afirma que invertiría más si los gobiernos eliminaran trabas regulatorias y fortalecieran políticas de apoyo.
Estos datos muestran que la sostenibilidad es ahora un factor central de decisión y competitividad.
Las organizaciones más preparadas son aquellas que integran la sostenibilidad a su estrategia, transformando compromisos ambientales en ventaja competitiva real. De lo contrario, el impacto es directo: los costes operativos, el acceso a mercados y la permanencia en cadenas globales de valor pasan a depender del desempeño climático de las empresas.
La CNI también destaca que las empresas que internalizan la agenda climática en las estrategias de negocio tendrán más capacidad de competir globalmente, atraer inversiones e innovar.
El papel de las empresas en la Transformación Ecológica

La Transformación Ecológica global no es solo una meta climática, va más allá y necesita ser un cambio estructural de paradigma económico y productivo. La COP30 debe consolidar este debate, proponiendo caminos hacia una economía que crece con responsabilidad ambiental, donde innovación, eficiencia y regeneración van de la mano.
Las empresas son protagonistas de esta transformación. Son ellas quienes movilizan inversiones, desarrollan tecnologías y operan en las cadenas productivas que necesitan volverse más sostenibles. La descarbonización y la regeneración de recursos solo serán viables si el sector privado asume un papel activo y colaborativo, en alianza con gobiernos e instituciones de investigación.
Nuestro propósito es mostrar cómo la sostenibilidad puede traducirse en acción concreta. Entendemos que la conversación sobre el cambio climático es, esencialmente, una conversación sobre recursos, su disponibilidad, uso eficiente y preservación.
Basados en tres pilares - descarbonizar, regenerar recursos y descontaminar -, vamos a demostrar que es posible aliar desempeño económico e impacto ambiental positivo, mostrando en la práctica lo que significa poner la sostenibilidad en el centro de la estrategia de negocios. Esta visión está totalmente alineada con el espíritu de la COP30, que busca transformar compromisos en acción real y medible.
Desde esta perspectiva, también es preciso evaluar temas esenciales para el avance de la Transformación Ecológica en las empresas. Ellos son:
Economía circular y competitividad
La economía circular surge como una de las principales estrategias empresariales y foco de las discusiones de la COP30. Invertir en reutilización de agua, reciclaje y energía a partir de residuos es, además de una exigencia climática, un factor de eficiencia, innovación y competitividad.
Para Veolia, la circularidad es el motor de la Transformación Ecológica, uniendo tecnología y sostenibilidad para regenerar ecosistemas e impulsar el crecimiento verde.
Esta visión refuerza un principio fundamental de la nueva economía: crecer de forma sostenible también significa generar prosperidad social. Es en este punto donde el debate sobre la transición ecológica se conecta directamente con la generación de empleos y el desarrollo de nuevas habilidades.
Empleos verdes y nuevas habilidades
La transición ecológica también es una oportunidad social sin precedentes.
Según el Ministerio de Hacienda de Brasil, el país puede generar hasta 10 millones de empleos verdes hasta 2030, especialmente en bioeconomía, energías renovables e infraestructura sostenible.
Para que este potencial se concrete, será esencial invertir en cualificación profesional y formación técnica, preparando trabajadores y líderes para una economía de bajo carbono.
Como destaca Lina Del Castillo, Directora de Marketing, Comunicación y Sostenibilidad de Veolia Brasil, “necesitamos pensar en quiénes serán las personas responsables de realizar los trabajos verdes, los profesionales que van a liderar la transformación ecológica.”
Estas nuevas competencias son la base para la siguiente etapa de la transformación: ampliar el alcance de las soluciones sostenibles y generar impacto a escala.
Escala y colaboración: el desafío de la implementación
La escala es el gran desafío de la transición climática. No basta innovar, es necesario replicar y ampliar soluciones en ecosistemas colaborativos que unan empresas, gobiernos y sociedad civil.
Esta visión está en sintonía con las recomendaciones de la CNI y con las prácticas de grandes corporaciones globales, que utilizan la COP30 para formar alianzas estratégicas y acelerar proyectos de innovación, impacto social y descarbonización.
Al conectar diferentes actores, la COP30 crea un ambiente fértil para compartir conocimiento, escalar tecnologías y ampliar la financiación de iniciativas sostenibles.
Financiación y políticas de incentivo
La COP30 también representa una oportunidad decisiva para fortalecer la financiación climática y atraer inversiones para proyectos sostenibles.
El informe de la CNI destaca la necesidad de ampliar el acceso a mecanismos de crédito verde e instrumentos financieros innovadores, como el blended finance, que combina recursos públicos y privados para viabilizar proyectos de impacto.
Más que nunca, el éxito de esta agenda depende de colaboración, escala y compromiso con resultados concretos. Y es justamente esta convergencia entre políticas públicas, innovación empresarial e inversión sostenible lo que define el verdadero legado de la COP30.
De los compromisos a la acción: el legado de la COP30
Las decisiones tomadas en Belém do Pará definirán nuevos compromisos para gobiernos y empresas, influyendo en cómo producimos, consumimos y utilizamos los recursos naturales.
Empresas como Veolia demuestran que es posible transformar compromisos en resultados tangibles.
Como se divulga en nuestro Integrated Report 2024-205 – For an Ecology that Protects, globalmente ahorramos, o ayudamos a nuestros clientes a ahorrar, 1,45 mil millones de metros cúbicos de agua, mediante la lucha contra fugas y el aumento de la reutilización de efluentes. Protegimos la salud humana al tratar 8,7 millones de toneladas de residuos peligrosos.
Hicimos posible que nuestros clientes evitaran la emisión de 15,2 millones de toneladas de CO₂, equivalente a 15 millones de vuelos de ida y vuelta entre París y Nueva York.
En Brasil, transformamos residuos en energía local y de bajo carbono, ayudando a reducir emisiones. En los EcoParques Pedreira y Blumenau, por ejemplo, tenemos una producción anual total de casi 8.000 toneladas de CDR – combustible derivado de residuos – generando una fuente alternativa de energía para la industria cementera local.
También operamos cinco plantas que producen energía a partir del biogás de nuestros EcoParques Pedreira (SP), Iperó (SP), Biguaçu (SC), Içara (SC) y Metropolitana (AL). Estas plantas tienen una capacidad combinada de 17.400 MWe y producen energía renovable suficiente para abastecer aproximadamente a 56.000 personas.
Estas cifras ejemplifican el tipo de acción concreta y medible que la COP30 pretende inspirar.
Una invitación a la acción colectiva
La crisis climática es el mayor desafío de nuestro tiempo, pero también una de las principales oportunidades de innovación y cooperación de la historia.
La COP30 mostrará que las empresas no son parte del problema: son parte esencial de la solución.
Al adoptar prácticas de economía circular, apostar por biocombustibles para reducir emisiones e invertir en innovación, el sector privado puede redefinir el modelo de desarrollo económico y construir un futuro más justo, resiliente y sostenible.
Veolia cree que el futuro depende de las decisiones que tomamos ahora, y la COP30 es el momento de transformar compromisos en acción real.

