En México, 80% de los cuerpos de agua presentan diferentes niveles de contaminación y de los 603 acuíferos existentes en el país 102 están sobreexplotados, mientras que 57% del agua potable llega a desperdiciarse. Para solucionar esta situación, el uso de aguas residuales industriales es clave y en este artículo despejamos todas tus dudas sobre ellas.
¿Cómo son tratadas las aguas residuales?
Dentro de una planta de tratamiento, las aguas residuales pasan por diferentes fases para eliminar agentes contaminantes, recuperar sustancias y recursos que pueden utilizarse nuevamente en los procesos productivos o en otras actividades.
De forma breve, el tratamiento de aguas residuales consiste en:
1. Pretratamiento
Sólidos de gran tamaño, como botellas, piedras y otros que llegan a entorpecer los posteriores tratamientos o la maquinaria se separan del efluente con rejillas o tamices.
2. Tratamiento primario o físico
Recupera sólidos suspendidos como materia orgánica con diversos métodos que incluyen la filtración, sedimentación, neutralización, por mencionar algunos.
3. Tratamiento secundario o biológico
Suprime la materia orgánica del agua residual con técnicas que se apoyan de la presencia de oxígeno (lodos activados, filtros verdes, lechos bacterianos, decantaciones) o no, como la digestión anaeróbica.
4. Tratamiento terciario o químico
Elimina las sustancias contaminantes, como metales pesados, nitrógeno, fósforo, minerales y más agentes patógenos, utilizando métodos como la ósmosis inversa, luz ultravioleta, cloración, intercambio iónico, entre otros.
Aguas residuales: ¿son dañinas o un beneficio para el medioambiente y las empresas?
Las aguas residuales han sido estigmatizadas como desechos tóxicos, pero, en realidad, se tratan de recursos valiosos que deben comenzar a ser aprovechados por sus múltiples beneficios al ser sometidas a tratamiento para elevar su calidad; estos son algunos de ellos en conjunto con sus mitos:
Todas las aguas reciben el mismo tratamiento
Las aguas residuales son muy variadas; van desde las que provienen de descargas municipales a las de uso industrial. Por lo tanto, el tipo de tratamiento al que serán sometidas depende de diferentes factores:
- Las sustancias presentes en el agua.
Por ejemplo, el agua residual en la industria papelera contiene dioxinas, furanos y fenoles, los cuales solo pueden ser retirados con métodos pertenecientes al tratamiento terciario o químico.
En cambio, los efluentes de la industria alimentaria, como el agua que se usa para hervir materia prima, únicamente requieren un tratamiento secundario.
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El nivel de calidad que se busca obtener.
El Índice de Calidad del Agua determina su grado de contaminación con base en parámetros basados en sus características:
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- Biológicas: para la búsqueda de bacterias y otros microorganismos.
- Químicas: calcula el nivel de alcalinidad o acidez.
- Físicas: relacionadas con su color, olor, turbiedad o sabor.
- Radiológicas: determina los posibles niveles de radioactividad.
A partir de ellas se desarrollan estándares como la Demanda Química de Oxígeno (DQO), los Sólidos Suspendidos Totales (SST) o la Demanda Bioquímica de Oxígeno (DBO5) y muchos más para determinar su nivel de contaminación.
Esta escala se toma como base para la regularización de la calidad del agua que será descargada en cuerpos receptores, la que se destina para el consumo humano, riego de cultivos, reutilización en ciertas partes de un proceso productivo, etc. Por ello, el tratamiento de aguas residuales varía.
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El destino de descarga o en qué serán empleadas.
Ligado con lo anterior, el efluente que pretende ser descargado en cuerpos hídricos, como presas, lagos, mares o ríos, requiere ser sometido a diferentes procesos físicos, químicos y biológicos, para que esta acción no afecte al ecosistema que está a su alrededor.
En cambio, las aguas residuales usadas para el riego de cultivos, áreas verdes, panteones o fuentes, únicamente requieren de un tratamiento biológico o secundario.
En resumen, el proceso de tratamiento de aguas residuales es variable, pero los métodos usados siempre buscan la máxima calidad del producto final.
El tratamiento de aguas residuales no elimina los agentes contaminantes en su totalidad.
La descontaminación del agua residual a través de su tratamiento busca eliminar todos los agentes contaminantes que dañen a las personas, animales o al medioambiente. Precisamente, dependiendo del tipo de sustancias presentes en el efluente, se deciden los tratamientos más adecuados para elevar la calidad del agua.
Las aguas residuales dañan la salud.
Como se ha mencionado con anterioridad, el tratamiento de aguas residuales tiene como principal objetivo eliminar los componentes tóxicos que lleguen a afectar la integridad de los seres vivos y ecosistemas.
El agua residual tiene un olor desagradable.
Si el tratamiento es óptimo, el agua no presenta olor o turbiedad alguna.
Las plantas de tratamiento de aguas son costosas.
Si bien implican una inversión inicial significativa, con el mantenimiento adecuado, pueden tener una vida productiva de hasta 15 años. Además, a largo plazo, brindan grandes beneficios en cuanto a:
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Reducción en el consumo de agua potable y sus costos de adquisición.
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Ahorro en costos de producción, ya que el tratamiento permite reutilizar el agua y otras sustancias recuperadas como metales o tintes.
Las aguas residuales dañan el medioambiente.
¡Todo lo contrario! La reutilización de las aguas residuales implica la disminución del consumo de agua potable y con ello la reducción de la huella hídrica de las empresas.
Por ejemplo, la elaboración de 1 kg de papel requiere 18 litros de agua; si se opta por el tratamiento de aguas y su reciclaje, la cantidad se reduce a 2 litros.
Con lo anterior, también se minimiza el estrés hídrico, pues no se sobreexplotan los cuerpos como ríos, mantos acuíferos y más, se reducen sus niveles de contaminación, lo que impide la propagación de enfermedades, y se facilita la continuidad del ciclo hidrológico, que implica satisfacer la demanda de agua de todos los sectores que la requieren.
No ayudan a reducir la contaminación del planeta.
En resumen, como lo has notado a lo largo de este artículo, las aguas residuales tienen grandes beneficios para las empresas como la reducción de su consumo en agua potable, la disminución de costos relacionados a ella y la oportunidad de recuperar recursos para volver a utilizarlos en los procesos productivos.
Al mismo tiempo, el tratamiento de agua residual elimina sus contaminantes para descargarla sin afectar al medioambiente, o bien, reutilizarla evita que continúe siendo sobreexplotada y, con ello, frena problemáticas medioambientales como:
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Sequías constantes.
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Erosión del suelo.
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Su alto nivel de contaminación.
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Escasez y difícil acceso.
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Pérdida de fauna y flora.
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Minimiza la cantidad de residuos.
Entonces, con los tratamientos apropiados, las aguas residuales disminuyen la contaminación del planeta.
Las aguas industriales como parte de la Economía circular
En pocas palabras, aprovechar las aguas residuales es ventajoso tanto para el medioambiente como para las empresas, y son clave dentro de la Economía circular, cuyo objetivo principal es el aprovechamiento máximo de los recursos en diferentes industrias.
Así, las empresas comienzan a dejar de ser tan dependientes de las materias primas que escasean cada vez más y de sus precios tan cambiantes.
A través de las aguas residuales, el modelo de la Economía circular mejora la rentabilidad y sostenibilidad al reducir costos, diseñar desde una perspectiva ecológica y dar una segunda oportunidad a lo que antes considerábamos desechos.
En conclusión, es momento de dejar de ver a las aguas residuales como algo tóxico, que daña a las personas y los ecosistemas. ¡Al contrario! Si son aprovechadas debidamente, son beneficiosas para ambas partes; sobre todo para las industrias y sus metas sostenibles a favor del planeta.
¡Comienza a utilizar tus aguas residuales y camina hacia la Transformación Ecológica!
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